Ahora que ya conocemos el sistema educativo finlandés desde la teoría, gracias a la charla introductoria que recibimos en la jornada de ayer, durante el día de hoy pudimos ver de primera mano el funcionamiento del mismo.
Esta mañana pudimos asistir a las clases de lengua (inglesa y finesa) que recibieron los alumnos de mecánica y peluquería de la escuela y que forman parte de su plan de estudios. La enseñanza finlandesa prima la labor de investigación a través del trabajo de los alumnos en pequeños grupos para lo que la escuela cuenta con numerosos espacios dedicados a tal fin. Es así que en una de las clases de la jornada de hoy pudimos ver el resultado de esta labor mediante la presentación que los alumnos de mecánica hicieron en el aula de las diferentes partes de un motor utilizando herramientas TIC y en lengua inglesa.
No obstante, debemos matizar que la labor que realizamos nosotros en la escuela con nuestros alumnos no dista en absoluto de lo que vimos en la jornada de hoy. Nuestro alumnado es capaz de realizar presentaciones mucho más dinámicas y atractivas, utilizando las mismas herramientas tecnológicas que hemos visto en las clases de esta mañana. Sí es verdad que el presupuesto que el gobierno finlandés dedica al apartado de educación en este país es mucho más elevado que en España, y eso les permite poder disfrutar de espacios y recursos dentro de la educación pública que no están a nuestro alcance.
Otra cosa que nos llamó la atención después de pasar la mañana en esta escuela es el respeto que los finlandeses tienen hacia los espacios comunes, tanto dentro como fuera del entorno escolar.
El resto de la jornada la dedicamos a visitar el centro de la ciudad de Joensuu y sus edificios más representativos, como el Lighthouse Joensuu, que es el rascacielos construido en madera más alto de todo el país y que, con una altura de 50 metros, recibió en 2019 el premio Wood Award por este trabajo pionero.
Destacable es, también, su barrio de las artesanías de Taitokortelli, formado al completo por tradicionales edificios de madera en el que pequeños talleres ofrecen sus artes y oficios y clases magistrales.
También debemos mencionar su escultura Kosiosusi, que representa un lobo con cuerpo de hombre y que se ha convertido en uno de los símbolos de la ciudad, así como lugar obligado para tomarse una foto de recuerdo.
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